Sendero de los Guardianes Centenarios El bosque de Agua García Tenerife Otoño 2020

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Vaije Senderos y Guachinches Otoño 2020 Isla de Tenerife

El Bosque de Agua García, en el municipio de Tacoronte. Este monte constituye, junto con los existentes en Anaga y en la zona de Monte del Agua, en Teno, uno de los pocos reductos de laurisilva que quedan en la isla.

Este tipo de vegetación subtropical, característico de la macaronesia, es una clase de bosque húmedo y exuberante. Está conformado fundamentalmente por árboles de la familia de los laureles o “loros”, tilos, acebiños, palo blanco, fayas, brezos y, cómo no, los viñátigos, protagonistas centenarios de nuestra microAventura.

Si no has tenido ocasión de adentrarte en un bosque de laurisilva todavía, no dejes de hacerlo. Te sorprenderá su carácter húmedo y tupido, que contrasta con el resto de vegetación típica que solemos encontrar a lo largo de los montes de las islas.

Este pequeño reducto de selva húmeda que visitamos hoy está en un entorno que ofrece además múltiples posibilidades, tanto para practicar el senderismo como para salir a dar un agradable paseo: la cercana zona recreativa del Lomo de la Jara, la minúscula y evocadora ermita de Cruz de Fune o las incontables pistas y caminos que enlazan el lugar con sitios como La Esperanza, Las Raíces o Las Lagunetas, harán las delicias de aquel que desee pasar un día en la naturaleza. Eso sí, si vas a adentrarte por el intrincado laberinto de caminos que surcan esta parte de la isla asegúrate de ir bien informado y equipado, pues es fácil perderse.

El inicio del sendero que recorreremos hoy se encuentra en la misma localidad de Agua García, justo al lado de la Casa Forestal (ver mapa). Para llegar al punto de partida has de tomar la carretera TF-5 en dirección Tacoronte y luego desviarte en la salida 19, rumbo a Agua García. A partir de ahí lo más sencillo es seguir las indicaciones hacia la zona recreativa del Lomo de la Jara. Puedes aparcar tu vehículo en la misma calle que da acceso al camino.

Al empezar a andar verás que la pista se divide en dos caminos, has de tomar el de la izquierda.

Tras recorrer unos metros, justo antes de una curva a la izquierda, verás un cartel que indica “Guardianes Centenarios” y una barrera para vehículos. Es esa la ruta que has de seguir.

Tras una breve caminata se abre ante nosotros el cauce del barranco, y la vegetación cada vez más frondosa comienza a adueñarse de la escena. A pesar de haber sido un año de pocas lluvias, se atisba un pequeño hilo de agua en el fondo del barranco, recordándonos el porqué del verde intenso del lugar. Restos de troncos de viejos árboles aparecen aquí y allá, como sacados de una escena de película. Los rayos del Sol apenas son capaces de atravesar la espesa capa del bosque y, aquellos que lo logran, crean un bonito efecto sobre el suelo lleno de hojarasca.

Cruzando un pequeño puente de madera accedemos a la parte más interesante del camino. Enormes troncos de viñátigos, crecidos durante siglos, se enroscan entre tierra y rocas, creando formas caprichosas que alientan nuestra imaginación.

A los pies del mayor de ellos, un impresionante ejemplar que dicen rivaliza en edad con el archiconocido Drago de Icod, se encuentra otro de los atractivos del lugar: las Cuevas de Toledo.

Fuente información y leer más : https://lainakai.com/los-guardianes-centenarios/

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